Rogelio Frigerio invitó a la Argentina a Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para que supervise las obras que el organismo financia en el país y que realiza el ministerio a su cargo. 

La foto no pasaría de una actividad burocrática más sino fuera que Frigerio es mencionada como una candidato firme para suceder al colombiano en el organismo multilateral, que cerca suyo afirman que por ahora su único objetivo es lograr la sanción del Presupuesto 2019, en base al complejo acuerdo que viene trabajando con el peronismo. "Hablar ahora del 2020 es un disparate", afirman allegados al ministro del Interior y Obras Públicas.

En efecto, Moreno -que vendrá a la Argentina en octubre-, tiene mandato hasta el 2020. Es decir, que su reemplazo debería definirse luego del mandato de Mauricio Macri. Si el líder del PRO no consigue la reelección, el nuevo presidente del BID se definirá en otro gobierno.

La decisión, sin embargo, se toma muy lejos de la Casa Rosada: es Estados Unidos el que por tradición propone el candidato. El directorio del BID tiene poder de veto.

Por la buena relación de Donald Trump con Macri, ya está definido que el próximo presidente del BID sea un argentino, un suceso inédito. Se seguiría así con la tradición de que el presidente del Banco que tiene sede en Washington sea presidido por un latinoamericano. El colombiano Moreno fue precedido por un uruguayo, un mexicano y un chileno.

Operativo clamor para que Frigerio se lance a gobernador de Entre Ríos

Al directorio del BID ya llegaron dos sugerencias para el argentino que reemplazará Moreno: uno es Frigerio y el otro es el ex ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, que en el último mes fue sondeado para canciller.  La tentación de ocupar el cargo tomó más interés por los rumores que indican que Moreno podría dejar la presidencia antes de 2020 para dedicarse a la política en Colombia.

Frigerio es promocionado como candidato a gobernador por los entrerrianos de Cambiemos, pero preferiría ocupar la presidencia del BID. No sólo por la tentación de mudarse a la elegante avenida Pennsylvania, sino por el espacio de poder que significa conducir una entidad que reparte fondos a lo largo del mundo sin pedir ajustes como lo hace el FMI. En el entorno de Frigerio repiten desde hace meses que el ministro del Interior hará lo que pida el presidente.